La extraña visita del enfermero gay

Sí, se trataba de una mañana de miércoles, un sol más o menos radiante. Un silencio sepulcral entre los alumnos que combinaba perfectamente con la Millan, alias "Mishan Pecholobo" gritando con su estridente voz algo sobre las leyes de Newton. Para amenizar la velada, unos cuantos individuos comiendo Kleenex, mientras otros imitaban perfectamente una vaca, un cerdo, un mosquito, al palomo y a una oveja.

De repente, se oyeron unos golpes secos en la puerta... Toc... Toc... Toc...
Silencio. La mirada perdida de la Mishan, se rasca la melena, se aclara la voz, esconde la plantación de marihuana que había antes en la mesa del profesor, borra la pizarra con las letras enormes "Jesucristo iba en pañales", se quita el vestido de policía sexy version sado II, dice a las lesbianas de la última fila que paren de hacer obsecidades por debajo de la mesa, se rasca el trasero, quita la música hardcore, y abre la puerta.
- ¿Sí?- Dice con una voz angelical.
Y entonces, aparece por la puerta un auténtico monstruo de trescientos quilos. La auténtica, la intransferible, la inigualable, la magnífica, la muy graaande, la increíble, la pesadísima... (Suenan los tambores) ESTRELLA DE LA MUERTE!
La Estrella de la Muerte se sube al ring, da un discurso "No me intenteis robar la merienda, chicos, porque si lo hacéis, acabaréis como él, ¡Muahahahaha!"

Y aparece por la puerta una criatura tímida y pequeña, una especie de rata enorme que aún no había solucionado sus problemas con el acné, con ropa marca MCD (MerCaDillo), y con la mirada nerviosa, con las manos sudadas, con una pluma inimaginable, dice:

- Us espero a la consulta oberta... eh... els dijous... Els dijous... us espero...eh..a la consulta oberta... Us... fijous... consulta... LA consulta oberta us espera els dijous... Els dijous la consulta us espera oberta... Els dijous oberts esperen a la consulta.

Después de tal galimatías, se fue corriendo por la puerta a esconderse al lavabo. La Estrella de la Muerte bajó del ring y cerró la puerta con un terrible ¡BANG!
Sinceramente, la Estrella de la Muerte me recuerda al yeti camerunés.

Y la clase volvió con su plantación de marihuana, la Mishan Pecholobo gritando, los ruidos de animales, y, por su puesto, los devoradores de Kleenex. Otro miércoles lleno de fauna estudiantil...